El día de hoy compareció el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en el marco del análisis del 4to. Informe de Gobierno del Ejecutivo Federal.
Durante su intervención, el Senador Victor Hermosillo, uno de los 4 integrantes de la Comisión Especial para la Atención y Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, denunció el esquema de financiamiento del NAICM a partir del aumento en el costo de la obra, el presupuesto otorgado a la misma en el Paquete Económico 2017 y la falta de transparencia.
El legislador Hermosillo afirmó que en 2015 se le asignó a la obra 6 mil 871 millones de pesos; mientras que para este año, se le autorizó el ejercicio de 5 mil 500 millones de pesos, por lo que advirtió que difícilmente el proyecto podría llegar a término en poco tiempo.
“¿Qué destino se le va a dar al terreno del aeropuerto actual? ¿Por qué no pensaron en tener otro aeropuerto alterno y usar lo que hasta ahorita todavía funciona y no hacer una cosa enorme así faraónica que va a costar un dineral?. Yo les recomiendo que comiencen a ver otro aeropuerto alterno porque no vaya a ser que en dos o tres años que no van a acabar éste, pueda suceder alguna desgracia con el tráfico que tiene el aeropuerto actual que verdaderamente cada vez se satura más”, señaló.
Por lo que respecta al Senado de la República, refirió que a más de dos años de la constitución de una Comisión Especial que atendiera y diera seguimiento a la construcción de este magno proyecto mediante acuerdo de la Junta de Coordinación Política el 11 de septiembre de 2014, al día de hoy no ha sesionado y sólo 4 senadores la conforman de 11 que debieran ser.
Apuntó que ni PRI ni PVEM han designado a los senadores que integrarán dicha Comisión, lo que resulta contradictorio porque es precisamente a éste último a quien debería de interesar el tema por el impacto ambiental al Lago de Texcoco, una serie de lagunas y el lago de Nabor.
Para finalizar su intervención, aseguró que el aeropuerto va a terminar costando el doble tal y como ocurrió con el recinto del Senado.
“Ese es tristemente el fin de las obras faraónicas que hace el gobierno de México en un país que tiene grandes necesidades”.
