Un alto porcentaje de niños menores de cinco años de edad presentan niveles de sobrepeso y obesidad que de no tomarse en cuenta, podrían ocasionar algunas enfermedades en su vida adulta.
Se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa y en la actualidad se constituye como un problema de salud pública, así como uno de los principales factores de riesgo de defunción.
La pedíatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), María Elena Haro Acosta, aseveró que “un niño gordo no es sinónimo de salud” y advirtió que la obesidad infantil está asociada a una mayor probabilidad de muerte prematura o sufrir discapacidad en edad adulta.
Además de éstos riesgos, la especialista dijo que los menores con problemas de sobrepeso tienden a sufrir dificultad respiratoria; presentan mayor riesgo de fracturas e hipertensión arterial; presentan tempranamente síntomas de enfermedad cardiovascular y efectos psicológicos negativos en su desarrollo, entre otras afectaciones.
Explicó que obedece a un desequilibrio energético entre calorías consumidas y las eliminadas como resultado de un incremento en la ingesta de alimentos hipercalóricos (ricos en grasa, sal y azucares) pero escasos en vitaminas, minerales y otros nutrientes, a lo que se le suma la disminución de actividad física, toda vez que en la actualidad la población infantil lleva una vida más sedentaria por la proliferación de juegos electrónicos en los que ocupan una gran parte de su tiempo.
La doctora Haro Acosta, refirió que en familias de ingresos bajos y medianos los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal insuficiente y al mismo tiempo están expuestos a alimentos hipercalóricos ya que son poco costosos. Estos hábitos, a la par de una escasa actividad física, tienen como resultado un crecimiento brusco de la obesidad infantil.
Recalcó que los menores obesos y con sobrepeso presentan esta tendencia hasta la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no trasmisibles como diabetes y padecimientos cardiovasculares “tenemos que unir esfuerzos las instituciones de salud y la población para prevenir la obesidad infantil”, precisó.
Entre las medidas, puntualizó, se debe promover en escuelas y hospitales la venta de alimentos saludables que además de contener los nutrientes esenciales para su desarrollo, propician en ellos mayor agudeza mental y mejorar su capacidad para la práctica de actividad física, entre otros beneficios.
Concluyó con una invitación a la población derechohabiente para que se acerque a los consultorios PrevenIMSS que funcionan en todas las unidades médicas del Instituto, en ellos, promotores capacitados brindan orientación sobre temas de salud en general y dan seguimiento a la evaluación médica de cada integrante del núcleo familiar de acuerdo a su edad y sexo, para evitar o controlar oportunamente