Ante los permanentes cuestionamientos y expresiones de rechazo a la Ley del Agua, aprobada recientemente por el Congreso del Estado, quiero decirles a los bajacalifornianos que acepto plenamente la responsabilidad política, moral y ciudadana de haber votado a favor de esa Ley. Evidentemente la lectura que hice de los alcances de esta disposición legal no fue lo suficientemente socializada con los ciudadanos.
Haciendo uso de la prerrogativa y de la confianza que Movimiento Ciudadano otorga a sus Diputados para votar libremente, al otorgar mi voto aprobatorio, en lo general y en lo particular rechazando la intención privatizadora de esta Ley, no correspondió al sentir ciudadano.
Pero, sobre todo, me queda claro el mensaje de la sociedad, porque
¡Baja California ha hablado, y ha hablado fuerte y claro!
El pueblo no se equivoca al señalar que esta Ley va en detrimento del bienestar y de la economía de las familias bajacalifornianas.
¡Con el pueblo todo, contra el pueblo nada!
Debo decirles que no he sido ajeno a la indignación ciudadana, que incluso llegó hasta mi casa y a mi familia. He tenido siempre la convicción de que los errores, en cualquier ámbito de la vida, no sólo deben reconocerse, sino que deben enmendarse.
El pueblo bajacaliforniano me llevó al Congreso del Estado y es al pueblo bajacaliforniano al que debo escuchar en mi actuación como Diputado local.
En esta convicción, hoy públicamente no sólo me retracto de ese voto que emití a favor de la Ley del Agua, sino que me sumaré con plena convicción a los actos legales que se emprendan para dar marcha atrás a esta Ley, como la acción de inconstitucionalidad que se presentará ante el Tribunal Superior de Justicia, así como a los trabajos legislativos para derogar esta Ley y crear un nuevo marco legal que responda plenamente a los intereses de la sociedad.
Job Montoya Gaxiola
Diputado